Al menos tanta odontología como podía con un par de alicates puntiagudos y unas pinzas de presión pequeñas.

O bien usaba unas tenacillas o unas pinzas de presión que guardaba en el cajón de la mesilla.

Estiró el brazo y comenzó a aflojar las palancas de las pinzas de presión que sujetaban la daga.

Parecían unas pinzas de presión, pero no estaban hechas de metal, sino del mismo material aceitoso que las espadas látigo.

Saien utilizaba unas pinzas de presión para aplastar la cerámica de las viejas bujías mientras yo hada mi experimento de ciencias.

Solo había hablado una vez, un atinado: "Compruebe las pinzas de presión, señorita Hamilton", en un momento en que me había distraído.

Dioses, la presión vino de la nada, apretándome el pecho; mierda, me costaba respirar, como si alguien hubiera puesto pinzas de presión sobre mí.

-Puesme he olvidado de las pinzas de presión nuevas -murmuróel hombre-.